Necesito el màgico silencio de la noche,
arropado, seducido por su hechizo,
sentirme impregnado de su ungüento encantado,
que me trae en forma de suave aliento
tibias bocanadas de sol crepuscular y dorados rayos,
que rabiosos y resignados se van extinguiendo
lentamente por el horizante púrpura y lejano...
Necesito saborear esa sensación de libertad y raciocinio,
permaneciendo impaciente por descifrar esos sonidos
que emergen del reino de la noche y las sombras,
percibiéndolo en forma de murmullo susurrado,
de todo lo que vive, germina, dormita y perece,
de las fuerzas que rigen el universo y el alma de las personas...
Necesito soñar sin necesidad de estar dormido,
que soy estrella fugaz àvida de conceder miles de deseos
que soy brisa marina recorriendo cuerpos que codicio,
embriagándolos de sal y frescura salvaje,
que camino por el filo de una tela de araña,
sin precipitarme al abismo de la hipocresía y el engaño,
necesito creer que el mundo aún tiene arreglo,
y que para comunicarme con todo ser viviente,
bastase con una sola mirada...