lunes, 30 de septiembre de 2013

Pecado y olvido

      
                                                  



                            
                                                  




                                           
         




         Arrastrando soledades que
me hacen prisionero de tantos recuerdos,
vuela mi pensamiento,
vuelan mis besos
en las alas de los sueños,
buscando la miel de tu boca,
buscando tu piel aterciopelada,
tratando de posarse en la inmensidad de tu cuerpo.


        Lo siento tan cerca, tan ardiente,
tan enredado y adherido al mío,
abarcándolo, saturándolo,
descubriendo el sabor y el olor del amor,
que sabe y huele a pecado, a goce,
a susurros, jadeos, orgasmos y suspiros.

        Noto la suavidad de tus manos
que en mí trazan delicadas caricias,
recorriendo con destreza endiablada
los contornos de mi  palpitante pecho
cada rincón de mi entregado cuerpo,
que vibra a tu merced estremecido,
que busca refugio entre tus senos
arrancando de mis entrañas
un vendaval de lujuria y deseos.

         Despues, con el nuevo día,
todo quedará en el olvido,
se marchitarán  tantos momentos dorados,
tantas esperanzas e ilusiones,
te olvidarás de mí, de mi olor, de mi voz, de mis besos,
pero sólo en mis sábanas y en mi mente
permanecerán tus irresistibles efluvios..