lunes, 29 de octubre de 2012

Hazme sentir




          Quiero habitar en tí, y así
poder revelarte y compartir mis deseos más íntimos,
en tus horas de impúdica lucidez y sosiego,
tentaciones prohibidas en las que podremos caer
en una incipiente manifestación de nuestros propios sueños.

          Fantaseando lejos del pudor, rompiendo barreras,
inventándonos tácticas y lujuriosos métodos,
haciendo posible tantas fantasías como tú y yo deseemos,
convirtiendo quimeras en reales y bellos cuentos
sin hadas ni castillos, reyes y princesas, sólo nosotros dos,
almas gemelas, cuerpos sedientos perdidos en nuestro firmamento.

          Me faltaría el aire, la vida, el resuello si no te tengo cerca,
no sabría vivir sin tí, sin contemplar tu figura en movimiento,
necesito del calor de tu cuerpo, gozar de tí y de tus encantos,
de esa miel que destila tu boca que pierdo la razón cuando la pruebo.

          Me enloquecen tus caricias y enredarme en tus cabellos,
sentir tus manos con presteza deslizarse por mi espalda y trasero,
y oirte susurrar a mi oído...viólame sin contemplación, tómame,
desgarra mi vulva y entrañas, hazme sentir, arremete sin miedo.

           Déjame que flagele con furia tu enardecido sexo,
mientras cruzamos nuestras miradas que se elevan al infinito
libera tus instintos y deseos galopando sobre mi vientre,
disfrutando de cada acto, de cada instante, haciéndolo interminable,
dejándonos arrastrar por esa desatada y ciega lujuria,
copulando de manera voluptuosa, comiéndonos a besos mutuamente...

martes, 23 de octubre de 2012

Mezclando deseos





     Es tanto lo que te deseo,
que querría penetrar en tu cuerpo
y hacer morada en él para siempre,
es tanto lo que te anhelo,
que si no te tengo a mi vera,
te extraño, desespero y padezco,
cuando no estoy contigo, no lo supero,
creo sentir tu calor, te sueño despierto,
quiero que tu carne, sea mi carne,
abrazarla tan fuerte  hasta hacerla mía,
formar una misma saliva de nuestros besos,
que esas ganas de poseernos sea nuestra locura,
saciando la sed de nuestros labios sedientos
alcanzando un apoteósico orgasmo
haciendo estremecer nuestros cóncavos cuerpos
recorriéndolos con una fugaz y deliciosa sacudida,
sintiendo el mismo espasmo, escalofrío,
y hormigueo por nuestras médulas,
unificandolo en uno sólo, haciéndolo más
desmesurado, placentero e intenso....

miércoles, 17 de octubre de 2012

madurez, divina madurez...





                 No sé que hay en tí, mujer, que me provocas un torrente de pasión
poseyendo las cualidades del mejor de los vinos con el paso del tiempo
tienes algo que me turba, me anonada, y a veces me enajena,
haces que me pierda en la plenitud de tu otoñal madurez,
en esas noches y madrugadas que compartimos con sabor a menta y canela
saboreando el efímero esplendor y las mieles de una etapa dorada,
mostrándome con temple y mesura cómo se ama a un hombre
pereciendo de placer ante tu destreza y tus carnes adultas que
a tí me encadenan.

                Eres sereno y purpúreo atardecer, arropándome en tu regazo
calentándome con suaves rayos de sol,
estimulando y dando vida a todo mi ser, con amorosa costancia
no con la intensidad abrasiva de su momento álgido, que todo lo arrasa
lo haces lamiendo cada poro de mi piel, con cálidas y deliciosas caricias
que tus labios de guinda me prodigan como tibias y tenues llamaradas
avivando progresivamente un incipiente deseo que por mis venas como
un reguero de fuego se propaga.

              Eres, mujer, mi fecundo vergel que florece entre las áridas
y ardientes arenas del desierto,
capaz de saciar el hambre y la sed de un amante peregrino y aventurero,
gozando de todas las delicias que de él manan como dádiva generosa,
eres manantial donde bebo y apaciguo la necesidad de amar
que me devora el alma,
y esas ganas de poseerte cuando en el tupido y suave follaje de
tu paraíso corporal, yo me adentro.

             Eres brisa mañanera que recorre mi cuerpo con bocanadas
de aliento,
impregnandolo de cálidas, irresistibles caricias y húmedos besos,
de exquisita fragancia que absorbes a tu paso por campos de
lavanda y rosaledas,
quedando atrapado, preso de tu aroma embriagador e intenso,
eres mi noche y mi día, mi vida y mi muerte, mi realidad y mi fantasía,
la okupa de mi pensamiento, de mi corazón y alma,
esa que me susurra al oído palabras tiernas, ofrecieńdome sexo
y amor verdadero.


          

                                      

miércoles, 10 de octubre de 2012

Llévame contigo








            Ésta noche para mí es una de esas noches especiales,
la cual se me antoja distinta a todas las demás, diferente,
involucrada en una serie de acontecimientos, rituales
y encantamientos a los que sólo sus "elegidos" ostentan el
privilegio de acceder a ellos, cuando de manera extraordinaria
surgen.

       Y entre esos "elegidos", me considero uno de ellos, por esa fehaciente
influencia que me unge por completo, con un halo misterioso,
mágico que desprende, otorgándome insinuantes propuestas entre
lo canallezco y lo irracional, concediéndome la posibilidad
de experimentar un encantamiento que, obviamente se ha de
romper con la primera luz del día.

            Y es entonces, cuando percibo nítidamente esa metamorfósis
que sacude y experimenta mi cuerpo, una dulce sensación embarga
todo mi ser, una mezcla de euforia desatada y curiosa expectativa
de lo que ha de venir.

            Mi alma y mi mente es desbordada por un cúmulo de
furtivas y dulces apetencias, que serán saciadas por la insólita
y mágica presencia de mi sumisa ninfa, aliada de la noche.
     
            Noche en la cual, el sueño se resiste a abrazarme, a
poseerme, a cubrirme con su invisible velo, concediéndome
bajo su complicidad esa influencia libertina, incitándome a
actuar a mi libre albeldrío, a sumergirme sin pudor en su
alevoso mar de pecado, dejándome llevar y acariciar por
la melodía de sus espumosas y placenteras olas que me llevarán
con certeza a esa zona abisal donde cohabitan en un hábitat
concupiscente lo libidinoso, la lujuria, el deseo y la tolerancia
en la búsqueda de placeres ocultos.

            Siento su aliento de espuma que provoca y acaricia
todo mi ser, mi cara y cuerpo,
llamándome con actitud jocosa y susurrante...
ven conmigo, vagaremos por latitudes profundas y prohibidas
te haré mío.

            Te seguiré ninfa de los mares, llévame contigo
y hazme tuyo, llévame presto a la locura, paralízame
con tu fluído candente y derríteme con tu lengua de fuego,
de tu boca y de tus manos me has hecho prisionero...
comiéndome a bocados, bebiéndome a sorbos,
devorándome a besos,
torturándome con tus juegos lujuriosos,
incinerándome con el fuego de tu ardiente sexo,
sintiéndome morir de un frenético orgasmo
revolcándonos en una dulce agonía de espasmos y jadeos
elevándome de manera irresistible hasta el mismísimo cielo
perdiendo así la arturdida conciencia,
sumergiéndome en un profundo y dulce sueño.

             Cuando desperté, sentí la caricia del alba,
la suavidad de su luz que mi lecho  inundaba,
yo me sentía aún flotando entre nubes,
mi cuerpo con evidentes marcas de una voraz y furiosa boca
y mi piel aún rezumando esencia marina,
humedecida de tu saliva y agua salada....



                                                 
                          

martes, 2 de octubre de 2012

Amándote en la oscuridad



                          





      Cada vez que te veo, y a mí te acercas
   con esa cara tan risueña y zalamera
   me haces perder la cabeza,
   el sentido y hasta la razón,
   con ese garbo y andares de gacela
   volviéndome loco con tu pícara mirada
   matándome de amor, de deseo y de pasión.

      Todas las noches te tengo en mis sueños
   queriéndote beber sorbo a sorbo, una y otra vez
   anhelando tu presencia en la inmensa oscuridad
   mi cuerpo deseoso busca el calor de tu cuerpo
   mis piernas buscando enredarse entre las tuyas
   mientras a bocados y a besos te voy engullendo
   entregada y lasciva, dejándote por mí devorar
   y tus manos insistentes estrechando mi cintura.

      En la oscuridad nos buscamos el uno al otro
  retozando entre sábanas tibias y revueltas
  degustando con gula el manjar que tú me ofreces
  guiándome por el destello de tus ojos
  y tus dientes anacarados que son como perlas
  como ciego impetuoso y ebrio de lujuria
  el edén que forma tu cuerpo voy explorando a tientas.

      Saciemos, mi amor, ésta sed de deseos
  que emana de nuestras entrañas
  alcanzando el climax y orgasmos continuados
  tratemos de controlar éste huracán que sacude
  nuestros cuerpos extasiados...

      Líbame el néctar agridulce que atesoro
   y para tí guardo en mi flor secreta...

      que yo libaré con mi agitada lengua y labios
  la miel que destila tu rosal sagrado.