jueves, 9 de enero de 2014

Colmando tus entrañas



                                                       






       Esta noche déjame contemplarte,
cuando para mí te desnudes,
quiero devorar con mi mirada
cada palmo de tu piel, pero sin prisa,
ofréceme tu pasión y tu cuerpo,
todo frenesí, calor y fragancia,
manantial de amor y deseos,
precioso momento por mí soñado,
eres voluptuoso y extenso follaje,
por el que me adentro y me pierdo.

       Y ese placer que tú me provocas, que se
agita en mí como un mar enfurecido,
turbando mi mente y mi alma,
quemándome la piel de mi vientre,
haciéndome temblar de excitación y delirio.

       Me castigas dulcemente, haciéndome
gozar hasta la extenuación y lo infinito,
sintiendo como tu cuerpo de amazona
galopa impetuoso sobre el mío.

       Colmando tus entrañas de dureza encendida,
con la misma fuerza de un vendaval,
y en mitad de un álgido trance, entre jadeos,
me imploras que te llene de mí, más y más.

       Y yo, pidiéndote tus besos de fuego,
apretándote entre mis brazos,
sintiendo el calor de tus senos,
rozándome con tu cuerpo excitado.

       Y dejo que tu boca vaya  donde quiera,
 dejándola a su libre albeldrío,
dándole libertad a tus labios,
déjame que libe sus comisuras
y la miel de tu saliva,
hasta embriagarme de placer
con su dulzor y su encanto.