viernes, 15 de marzo de 2013

El sabor de la madurez

 




           Como olas de mar tempestuoso, que iracundas acometen
contra el acantilado, erosionando, debilitando su pétreo relieve,
así marcan los signos de la edad a través del tiempo, dejando
sobre el hombre inequívocas secuelas fisiológicas, que por
naturaleza cronológica y cíclica, son el indicio de que la
invulnerable y vigorosa juventud le irá cediendo paso a la
inevitable madurez, tratando de afrontarla con dignidad y alegría.

           Olas implacables acometiendo sobre las rocas,
erosionándolas como a nuestras jóvenes y lozanas anatomías,
combatiendo contra el imperturbable avance de las décadas
impidiendole una decadente facultad de nuestros deseos,
apagar el fulgor de nuestra existencia o borrar nuestros
mejores recuerdos y fantasías.


                           


            Cuánta soledad, cuantos anhelos, cuantos bellos
recuerdos que la nostalgia ha ido marchitando. Destellos
de felicidad que mi alma los interpreta y visualiza en blanco
y negro. Intentando de asumir el infinito vacío que me dejó
tu gélida y devastadora ausencia, tratando de llenarlo
con retazos del ayer, de aquel lejano verano en que tú y yo
nos conocimos y que nos bebimos sorbo a sorbo, libando
de él la esencia de sus amaneceres, crepúsculos, noches
de amor y desenfreno.

            Jugando a seducirnos, empujados por un torbellino
de carnales deseos, comenzando una insólita y mágica
aventura amorosa, una turbadora historia de amor y
pasión, apropiandonos mutuamente de corazón, voluntad
y alma, a través de un ritual de lujuria y libidinosa entrega
de nuestros encendidos cuerpos.

            
            
           Embriagados, hechizados y extasiados por el roce de
nuestras pieles bronceadas, impregnadas en sal y fragancia
marina, que por cada poro eran absorbidas y nutridas.
Sumergidos en un cálido mar de aguas turquesas, dejándonos
llevar por el constante traqueteo de sus olas, incitándonos a hacer
el amor y retozar acariciados y mecidos por ellas. Empujándonos
suavemente hacia la orilla envueltos en mil caricias y salados besos,
arena fina y blanca espuma formaban nuestro idílico lecho.




                       


          El destino nos separó sin esperarlo ni desearlo, el mismo que nos ha
unido transcurridos muchos años. Coincidiendo en un tranquilo y discreto
hotel de una elegante y paradisíaca costa del mediterráneo.
          
Un reencuentro inesperado, sorprendente y grato, que el destino, el azar o,
quizás ambas cosas provocaron, y que, una nueva oportunidad como ésta, pintando
canas y algunas arrugas,  otra más no tengamos. Para que mutuamente nos entreguemos
a una placentera, sugestiva y dulce cópula, dejándonos llevar por nuestros deseos
otoñales, de nuestras experiencias en el amor y de todos sus encantos. Convirtiendo
la gris decadencia en virtud, y hasta que nuestros cuerpos resistan, disfrutar del
momento y hasta la extenuación... amarnos, amarnos y amarnos...

            Como si de una primera luna de miel se tratara, impacientes y ebrios de lujuria
nos dirigimos hacia la suite previamente reservada, y una vez solos ella y yo, sin
dejar de mirarnos a los ojos, nos acometimos sin más preámbulos ni contemplaciones.
con inusitada violencia, con furia, despojándonos presurosos de todo cuanto cubría
nuestras  febriles carnes, desprendiendo los olores y efluvios de animales en celo,
impregnando las arrugadas y tibias sábanas que envolvían nuestros inquietos cuerpos.



                                         



            Comenzando una frenética  lucha sin cuartel, cuerpo a cuerpo, en la cual
los espasmos y gemidos se volvían irremisiblemente desesperados, agónicos, como
también lo era la reacción desenfrenada que mostraban nuestros gestos  extasiados.
Y los rugidos que impúdicamente proferían nuestras gargantas al unísono, manifestando
el inmenso placer que ambos estábamos experimentando. Nuestras bocas ansiosas
exhaustas de recorrernos y lamernos con gula devastadora. La respiración entrecortada
agitada, convulsa precede a un intenso y maravilloso orgasmo obtenido simultaneamente,
induciéndonos a una tregua, el tiempo preciso para recobrar el aliento y un mínimo de energías.
Retomando de nuevo la grata batalla carnal, estimulándonos la libido, intercambiando
susurros procaces al oído.
Enlazando, presionando nuestras piernas y brazos rodeándonos cintura y cuello,
frenético choque de vientres comenzando una danza de movimientos rítmicos y acompasados.


               El impacto de nuestras sudadas y sometidas carnes chocando entre sí de una
forma violenta, constante, provocando sonidos secos, descompasados a los que se le
iban sumando los inevitables gritos y jadeos de ambos, formando una sonora y obscena
sintonía con partituras lascivas y melodía concuspiscente. Sometiendonos el uno al otro
a una insólita pero deseada prueba de resistencia, echando el resto sin escatimar esfuerzos,
sólo se vive una vez y la felicidad completa no dura eternamente....

                               


                                     
                                

25 comentarios:

  1. Esa melodìa que provoca la cadencia de los cuerpos en la entrega, los sonidos callados de sus almas y la delicia de la madurez, son el complemento perfecto que ha inspirado a tu apasionado corazòn Marengo, me quedo con el saber que tu madurez ha dado un cambio que yo ver encantador.

    Besos enormes y buen fin de semana, es excelente tu relato

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ame, los cambio0s deben ser siempre para mejor...
      sinó mejor quedarse donde mismo...jejeje..
      besos enormes también para tí y gracias por
      tus cálidas y aduladoras palabras....

      Eliminar
  2. Estamos tocados pero no hundidos, Marengo!!
    Y la vida es una cabrona caprichosa que une y separa a su voluntad. Menos mal que, a veces, nos recompensa.
    Has escrito un relato que considero muy real. No he pasado por eso pero debe ser delicioso encontrarse después de mucho tiempo y recuperar, aunque sea por un tiempo limitado, el amor y la pasión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, es cierto que la vida dá muchas vueltas,
      aunque nuestros designios son inamovibles,
      y sí, a veces lo que te niega por un lado, te lo concede
      por otro... es cierto, hay reencuentros que a pesar
      de ser inesperados llegan a ser mágicos, reconfortantes,
      te dejan una sensación extraña pero grata, vuelves a sentir
      mariposas en el estómago..(sólo al principio), jejeje

      Eliminar
  3. ehhhhhhhhhh que se me olvidó darte un morreo muaksssssssss.
    jajja los años no perdonan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿un morreo dices rapaza?...y lo que se tercie, jajajaja

      Eliminar
  4. ¡Olé!!! por ese re-encuentro.

    Coincido con Ohma, en que tiene que ser algo delicioso.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aunque nunca será igual vivirlo que contarlo...
      besos amiga.

      Eliminar
  5. Pasión impetuosa como las olas contra el acantilado.
    Has regresado con más ímpetu.

    ResponderEliminar
  6. … Y hasta la extenuación… Amarnos, amarnos y amarnos…
    Impacientes y ebrios de lujuria…
    Con inusitada violencia, con furia, despojándonos presurosos de todo cuanto cubría nuestras febriles carnes, desprendiendo los olores y efluvios de animales en celo, impregnando las arrugadas y tibias sábanas que envolvían nuestros inquietos cuerpos…
    ¡Ohhhh! Qué maravilloso texto, sin desperdicio en cada uno de sus renglones…
    Apreciado Marengo… Gracias por compartir Sus maravillosas letras…
    Un beso enorme, ¡muaccccks!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola mi querida dama misteriosa..
      veo que muestras efusividad ante
      ciertas letras, osea que no te reprimes..
      me alegra que te guste, y me alegra
      que dejes tu esencia en mi blog....
      te devuelvo ese beso enorme...¡muacccccks!

      Eliminar
  7. una historia de amor preciosa...
    aunque por un momento he creído estar en un blog X.....
    todo muy sugerente y caliente...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Juana, tu comentario es censurándome,
      advirtiéndome...o regañandome...
      ¿tan obsceno ves mi blog?

      Eliminar
    2. ni te censuro
      ni te advierto
      ni te regaño
      ni lo veo obsceno...
      sólo que lo leí muy caliente...

      Eliminar
    3. aahhh, vale.. Querrás decir que te ha parecido caliente
      el contenido...¿no?

      Eliminar
  8. Me transportó leerte... casi te diría que podía sentir tu excitación, que interesante relato.
    Yo tengo 44 años y no los cambior por 20 ni loca, la sexualidad se vive y se expresa de manera natural y sin perjuicios a medida que el tiempo pasa.
    Solo hay que saber adecuarse... pero cuando es el momento el cuerpo reacciona inmediatamente!
    Un placer leerte, te dejo un fuerte abrazo, bien comienzo de semana!
    PD: besos bollito de leche ( ¿qué es un bollito de leche?)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El ser humano pasa por diferentes etapas a lo largo de su vida Cris,
      y pienso que las más significativas y las que más nos marcan son
      la infancia, tan importante y decisiva para nuestra personalidad,
      la adolescencia tampoco está exenta de emociones, aprendizaje, y bellas historias,
      la adulta,¿¿?? pues es la que nos creemos que estamos en la cima del mundo...
      y la madurez....mmmm, pienso que hay que vivir las anteriores para catalogar
      o tasar la importancia de ésta....se siguen viviendo facetas maravillosas,
      se ven las cosas como diría yo...en tres dimensiones, se saborea todo más, se
      es mas minucios@, más detallista, se valoran o se le da mas importancia a cosas
      que antes no se las daba...en fin, que te puedo decir que ya no sepas....yo le
      encuentro muchiosimos alicientes, contando claro está con estar en perfectas y plenas
      facultades mentales y en cuanto a físicas....ahí lleva la mujer todas las ventajas...
      jajajaja

      Gracias por tu grata visita y por tus palabras....besos amiga artista...

      p.d.
      Creí que sabías lo que era un bollito de leche,
      si no me equivoco es un producto porteño, y se suele mencionar a modo de piropo poruq es algo que está muy rico de comer...

      Eliminar
    2. Cris, me halagas de veras cuando dices esas cosas...
      44 añitos...es una edad deliciosa en la cual se
      está mas segura de lo que se quiere o no se quiere,
      cada etapa tiene sus encantos, su lado positivo
      y negativo, la ventaja de la madurez es que se viene
      de vuelta de muchas historias vividas...y y eso
      da lugar a que se actúe de manera más cauta, seleccionando
      el momento, la persona y el sitio (como se suele decir)
      Gracias por tus palabras y tu cálidapresencia, besos artista.

      Eliminar
  9. A mi me sabe a experiencia, me sabe a madures, me sabe a dulce trayectoria...
    ...me sabe a vida a esa que solo se vive una vez y que hay que saborear cada etapa y amigo mío la madures es para paladares sibaritas.

    Un besote enorme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy contigo en el sabor de tus deducciones,
      y el adjetivo "sibarita" es el más adecuado,
      pues ante tales gustos y estados merece la pena
      serlo...no sólo está la buebna comida, jejeje
      es un placer 40añera sentir tu presencia....besos

      Eliminar
  10. Hola Marengo hermosas letras,
    cada instante de nuestra vida
    está marcada por mojones que
    nos indican por donde seguir.
    Las distintas etapas de nuestro crecimiento
    son fundamentales y cuando comenzamos
    a vivir y sentir nuestras experiencias
    sexuales, cualquiera que fuera
    nos va marcando y nos permite
    aprender de ellas y seguir avansando..
    Te dejo un beso..

    ResponderEliminar
  11. No necesariamente tienen porqué determinar
    nuestra forma de ser o sentir el amor, también
    nos condicionan otros elementos, también influye la personalidad de la pareja
    que tengas y compartas tu vida en el presente....
    debe de existir amor, deseo, feeling, y algo de atracción mútua...
    besos Claribel..

    ResponderEliminar
  12. El reencuentro expectante, cómplice, cargado de emociones, de sensaciones nuevas y el lenguaje de los cuerpos con deliciosa madurez, un momento maravilloso de la vida para vivirlo intensamente.
    Como tú lo sientes y como lo escribes fascinante,!! Un beso grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es querida Hanna,
      veo que sabes bien lo
      que dices, porque de verdad
      que lo sientes...es maravilloso
      poder sentir tales sensaciones
      con la persona que deseas.....
      besos y gracias por tus palabras.

      Eliminar