Anoche te estuve esperando, pero tú no venías,
contaba los interminables minutos,
las horas eternas se me hacían
sin apartar la mirada de la puerta
anhelando que su umbral traspasarías
llenando la estancia de fragancia y vida,
rompiendo el silencio y el hielo
de una alcoba fría y vacía.
La noche avanzaba, no se detenía,
la esperanza de verte, olerte y besarte se esfumaba
y el temor de no poseerte me invadía.
El sueño me fue venciendo
sucumbiendo ante la ausencia de tu cuerpo
entre esas finas sábanas impregnadas de tí,
de noches de pasión y lujuria
gozando de un amor intenso,
fue entonces cuando olí tu fragancia
y contemplé las curvas de tu hermoso cuerpo.
Tus cabellos rizados, tus generosos senos
apareciste de la nada, tu presencia me turbaba
me comías con la mirada, dejando mis impulsivos
deseos al descubierto
te entregabas a mí como tigresa en celos
devorándonos mutuamente colmándonos
de lascivos besosn, copulando como posesos,
salvajemente... sin detenernos, casi enloqueciendo
hasta quedar agotados, exhaustos y ebrios de placer
frenéticos espasmos... muriendo
volviendo a resucitar para morir de nuevo
sorprendiéndonos el alba entre caricias besos
y sudados cuerpos.
Disfrutando locamente de tím aunque solo
sea en sueños.