Mujer de nadie

                       No hay un solo despertar
en el cual no te lleve en mi mente,
habiéndote tenido también en sueños
idolatrándote y amándote siempre.

                        No hay un solo día
en el que no te extrañe y te añore
sintiéndome como triste peregrino
caminando perdido, sin norte.

                        No hay una sola noche
que no moje mi almohada
derramando lágrimas de amargura
ahogándome el sentimiento
por éste pesar que me embarga.

                       No hay un sólo instante en mi vida
en el que no me haga ilusiones
de que algún día me pertenezcas
y tu cuerpo dejes de entregar a otros hombres.

                     Quitarte de la calle es lo que deseo
que dejes de poner precio a tu cuerpo
que seas para mí y no de nadie
que ningún hombre  te va a querer como yo te quiero
porque cuando te veo con ellos, se me rompe el alma,
me matan los celos.

                     Tú elegistes esa vida y así la vives
como dueña de ella que eres vas dilapidando
con amores pasajeros, vacíos y vanos
sometida a lujuriosos y carnales juegos

que egoístamente practican en tu alquilado y mancillado cuerpo.