Magnetismo

  

 

              

        Esa pasion que derrochas,

que exhalas por los cuatro costados

te quema, desborda tus sentidos,

te abrasas en tus propias llamas

del fuego libidinoso de tus entrañas,

y, de nuevo te arrastra hacia mí

de manera insistente, alocada, perseverante,

cálida, diligente, persuasiva como la alborada

con la suavidad de las olas de un mar en calma,

dulce y sofisticada, ansiando amar y ser amada.

      Me buscas ansiosa, impulsiva y exploradora,

con tus manos impacientes y lengua codiciosa,

deslizándote a través de mi desnudo cuerpo

que yace plácido, semiadormecido ante tu lujuriosa mirada

entregándose inexorablemente a tus carnales deseos.

     Despojándote de todo pudor, con pícara sutileza

te muestras impetuosa, ardiente, ladina,

exhibiendo la destreza de tu boca y labios envenenados,

derritiéndome con esa actitud fogosa y provocativa,

y yo, lejos de ocultar mi afán de gozar, te aguardo

presto, receptivo y entusiasmado,

respondiéndote con tiernos bocados y dulces besos

bebiendo y degustando al unísono el néctar

que emanan nuestras bocas, delicioso, embriagador y almibarado.

        Me cautiva todo de tí, me seduce tu voz, tu mirada,
la fragancia y textura de tu piel excitada, tu cabello,
me atrapas en una burbuja, haciéndome flotar en ella,
haces especial y único cada uno de los instantes
cuando nuestros cuerpos y bocas se aproximan,
y se juntan envueltos en una espiral de placenteras sensaciones
que suscitan en mi cuerpo y mente frenéticos deseos de tí,
gozando al límite, hasta el estremecimiento...